Un suspiro, un grito, una canción o un bostezo. La voz y el cuerpo son nuestros principales aliados para comunicarnos, hacer red y entendernos de una forma más allá de lo que somos conscientes. Nos ayudan a crear nuevos escenarios, a expresar mil narrativas distintas y nos permiten ubicarnos, escuchar y modular el contexto que nos rodea. En este taller, la voz le enfocamos como herramienta para dibujar nuevos terrenos, tener una mayor conciencia corporal y espacial, conocer nuestros límites y atravesarlos de formas distintas desde el juego.

Partiremos de una metodología dinámica y lúdica que trabaja la escucha del individuo y el colectivo, la improvisación y la creación vocal con una mirada crítica y abierta a la exploración de nuevas narrativas y formas de diálogo que salen de academia convencional.